Arrancamos

«La tormenta se ensañaba con las cumbres. El manto de nieve lo cubría todo, reinaba una luz tenue, apagada, que se quería abrir paso entre la cortina de nieve que caía incesantemente. La ventisca apenas dejaba apreciar su silueta difuminada, solitaria, prominente; más desafiante, si cabe, que nunca. Sin embargo, una figura asomaba entre los…