Que ver y hacer en Castilla-La Mancha

Hay tanto por descubrir en esta región, famosa en todo el mundo como escenario de la novela Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. Además, es una de las regiones de Europa con mayor número de espacios naturales protegidos.

La ciudad de Toledo», capital de Castilla-La Mancha, es un museo de historia al aire libre. Hay espléndidos edificios monumentales como el alcázar y la catedral, por los que se puede pasear por sus estrechas y sinuosas calles.

En Albacete se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de España llamado «Tolmo de Minateda», y esplendores naturales de gran belleza como el nacimiento del río Mundo y el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera (entre Albacete y Ciudad Real), donde podrá observar aves como el porrón moñudo, el ánade real y la garza imperial. La provincia de Ciudad Real cuenta con castillos y bellos conjuntos monumentales como los de Villanueva de los Infantes y Almagro. Esta localidad es especialmente conocida por el Corral de Comedias del siglo XVII, donde se celebra anualmente el Festival Internacional de Teatro Clásico.

En la ciudad de Cuenca se encuentran las impresionantes «Casas Colgadas» que se integran perfectamente en el entorno natural. Otra visita imprescindible es la de la Ciudad Encantada en el corazón del Parque Natural de la Serranía de Cuenca, una zona caracterizada por curiosas formaciones rocosas, esculpidas a lo largo de los siglos por el hielo, el viento y el agua. La provincia de Guadalajara» cuenta con varias ciudades y pueblos conocidos por su «arquitectura negra» (el principal material de construcción utilizado es la pizarra). La ciudad de Guadalajara conserva interesantes ejemplos de arquitectura civil, como el Palacio del Infantado, y de arquitectura religiosa, como la iglesia jesuita barroca de San Nicolás el Real.

Esta región es ideal para la compra de recuerdos, ya que Castilla-La Mancha es conocida por su artesanía, que incluye cuchillos decorativos de Albacete y objetos de trabajo de damasquinado de Toledo. Además, hay que probar productos típicos y tradicionales como la miel de la Alcarria (Guadalajara y Cuenca), el mazapán de Toledo y los vinos locales como el de Valdepeñas.

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