Cova Tallada / Foto: Joanbanjo, [CC BY-SA] Wikimedia Commons
Cova Tallada / Foto: Joanbanjo, [CC BY-SA] Wikimedia Commons

Ruta de Cova Tallada y Molins de Vent de la Plana

Una de las citas obligadas en verano para nosotros es una excursión a Cova Tallada en Xàbia (Jávea), Alicante. Esta cueva está excavada en las faldas del Cabo San Antonio sobre el nivel del mar y sus aguas cristalinas y lo original del lugar lo convierten en uno de los tesoros que encontramos en la Comunidad Valenciana.

Existe una forma “oficial” y fácil de acceder a la cueva, pero como a nosotros nos gustan los retos y huir de las aglomeraciones os vamos a mostrar una forma diferente de acceder a la cueva que os encantará. Esta ruta nos hará andar, sudar y descender con unas cadenas un barranco, pero merecerá la pena y tendremos la cueva y sus refrescantes aguas como recompensa.

CÓMO LLEGAR
Tenemos que llegar a La Vía Láctea. Es el nombre de la calle donde comienza la ruta, cualquier GPS actualizado lo encontrara, pero te dejamos más detalles. Una vez en Denia tenemos que buscar el puerto. Paralelo al mar seguimos hacia Xàbia por la CV-736. Tomamos la carretera, siempre paralelo al mar donde tendremos que parar tras unos minutos ya que la carretera no tiene salida. Hamos llegado a las faldas del Cabo de San Antonio. Giramos a la derecha por la calle Vía Láctea. Al final de esta calle, de no más de 300 metros, encontraremos una empinada cuesta donde debes dejamos el coche. Este es el comienzo de la ruta.DATOS TÉCNICOS

  • Longitud: 8 Kilómetros
  • Circular: Si
  • Dificultad: Media. La mayor parte de la ruta no requiere esfuerzo salvo en algún punto concreto.
  • Desnivel acumulado: Subiendo 234 metros y 180 metros bajando
  • Lugar de inicio y fin: Calle Vía Láctea (Denia)

Continuamos la carretera andando hasta llegar a la Torre del Gerro, una torre vigía típica de esta región para prevenir los ataques de los piratas. Las vistas desde arriba son espectaculares.

Desde este punto, se coge el sendero PR-CV 355 en dirección Oeste, siguiendo un itinerario caracterizado por la presencia de pino carrasco y numerosas especies arbustivas como el lentisco, el romero, el brezo o el espliego dentado. Prácticamente durante todo el recorrido no encontraremos sombra, por lo que recomendamos iniciar la marcha a primera hora de la mañana y llevar bastante agua.

Tras un buen rato andando encontraremos una casa en ruinas en una pequeña explanada. Continuamos el camino y dejaremos a los lados algunas casas. Finalmente nos toparemos con una carretera que cruza el camino: es la CV-7362. Continuamos recto, atravesando esta carretera y siguiendo de nuevo en sendero.

El sendero está bien señalizado, solo hay que seguirlo hasta encontrarnos con uno de los tesoros de esta ruta: los Molins de la Plana donde disfrutaremos de unas vistas de Xàbia absolutamente espectaculares. Estos Molins de vent de la Plana datan, uno del s.XIV y el resto del XVIII, son de forma cilíndrica, de unos 7 metros de altura y un diámetro de más de 6 metros.

Dejamos los molinos atrás siguiendo el sendero y volveremos a cruzarnos con la CV-7362 donde, ahora sí, la cogemos hacía la izquierda y caminamos por ella alejándonos del mar. Continuamos hasta que podamos girar a la derecha, atravesando unas viviendas. Volvemos a girar a la derecha y a partir de aquí estaremos andando una media hora aproximadamente dejando atrás las casas y entrando de nuevo en el campo. Poco a poco desaparece el pinar para dar paso a un terreno en el que predomina el palmito, el romero y otros arbustos de talla corta.

Llegará un momento en el que empecemos a descender. El mar ya será visible y poco a poco nos iremos encajonando entre dos montañas quedando nosotros “atrapados” en ella. Aquí llega el momento más divertido y “peligroso”: la bajada con cadenas. No es nada difícil ni requiere técnica, pero si precaución para no caernos y bajar rodando cientos de metros. Como en cualquier ruta, la precaución es básica.

Al ir descendiendo cogidos de las cadenas quedaremos en la falda de una de las dos montañas. Aunque el sendero aquí no es especialmente visible, si nos fijamos sólo se puede descender por un lugar que notaremos más desgastado y con menos vegetación que el resto. De nuevo hay que ir con cuidado pues algunas rocas resbalan y pueden desprenderse. Al llegar abajo estaremos por fin en la cueva, pero en la parte de arriba, sobre su bóveda.

Si miramos ahora la mar, tenemos que continuar hacía la derecha, caminando sobre el techo de la cueva. Veremos a nuestra izquierda mucha gente bajar, es la gente que ha optado por el camino fácil y aburrido para llegar a la cueva. Nosotros volveremos por aquí.

Tras unos 100 metros caminando por la derecha mirando hacia el mar, descendemos hasta llegar al agua del mar. Ya sólo quedan un par de minutos para llegar hasta ella. De nuevo no entramos a la cueva por el lado “normal” sino por otro. Una vez que estemos en el agua caminamos hacia la izquierda, paralelos a la roca. Importante llevar aquí unos escarpines para no hacernos daños o pisar algún erizo. El agua nos llegará por la cintura en algún momento, pero se agradece después de la calurosa ruta que hemos hecho. Y cuando menos te lo esperes… verás la entrada a la cueva y quedarás gratamente sorprendido. Si es la primera vez que la visitas te generará sensaciones muy agradables ya que llama mucho la atención esta cueva a nivel del mar.

Este es un buen momento para parar a comer. Aquí el aire y la temperatura es muy agradable y saborear un buen bocadillo con estas vistas tan espectaculares es pura magia. Si has llegado pronto, aun no habrá mucha gente y la disfrutarás más.

La cueva entra varios cientos de metros hacia el interior y también recomendamos que te adentres en sus oscuros recovecos. Recuerda agachar la cabeza, estar pendiente del techo y llevar linterna o usar la del móvil.

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