La colina de las cruces

Llegamos al fin a Siauliai, tras cuatro horas desde Vilna. Tiempo justo para visitar la colina de las cruces y echar a correr camino de Palanga. Un taxi nos acerca al lugar.

Colina de las Cruces

Un sinfín de cruces, agolpadas, entrelazadas en una estampa que asciende colina arriba. Cruces sobre cruces, adornos, rosarios…, todo enmarañado, crean una imagen impactante del lugar. ¿Quién pondría la primera cruz? Puede ser la pregunta, o ¿por qué? Como suele ocurrir en estos casos, la leyenda suele sumarse a la realidad, para poner el alo místico. Al margen de elucubraciones varias, por aquí leo, que por el siglo XIV aparecieron las primeras cruces para expresar el sufrimiento del pueblo, entonces bajo el yugo de los zares rusos. A estas cruces se fueron sumando otras y el campo fue creciendo, a pesar que en varias ocasiones fue destruido. La cruz pasó a considerarse un símbolo de resistencia a la opresión soviética, perdió su simbolismo religioso para incluirse dentro de la simbología pagana.


Post correspondiente a la serie «Periplo por los Países Bálticos

1. Kaunas: primer día en Lituania
2. El momento
3. La barroca Vilna
4. El socialismo de Vilnius
5. La Colina de las Cruces
6. De playeo a Palanga
7. Klaipeda y el Istmo de Curlandia
8. La resurgida Riga
9. La medieval Tallinn
10. “Bueno gente, esto se está empezando a acabar…”
11. Narva: a cuatro brazadas de Rusia
12. Parque Nacional de Lahemaa: los bosques sobre el mar
13. Helsinki: última parada

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