Museo de las Navatas

En el corazón de Laspuña, los visitantantes podrán encontrar un espacio museístico dedicado especialmente a las Navatas. Estas eran unas balsas que durante cientos de años sirvieron a los habitantes de los Pirineos a transportar la madera a través de los cauces fluviales, que se convirtió en una importante actividad económica.

En el edificio del Ayuntamiento de Laspuña, el Museo de las Navatas posee una amplia colección de instrumentos que se relacionan con la madera, sus cortes y las maneras de manipularlas. También se pueden apreciar maquetas de diferentes medios para el transporte de la madera, tales como las navatas y otros objetos.

La madera en Laspuña

Los bosques de Laspuña han sido explotados en el rubro maderero desde el siglo XVII y hasta la actualidad. Antes de eso, los medios de subsistencia de la población se basaban solamente en la producción agrícola, pero la gran calidad de las maderas de sus bosques propició una alta demanda que ayudó a que Laspuña creciera a un ritmo más acelerado que otros poblados de similares características.

Por esa razón, esta localidad del Pirineo aragonés decidió crear un museo dedicado enteramente a la madera. Es una manera de honrar el pasado y recordar cómo los habitantes pirenaicos transportaban las maderas a los pueblos del llano o hasta la desembocadura del mar, a pesar de las rudas condiciones climáticas.

Las Navatas

Las navatas son unas balsas o embarcaciones de gran tamaño, en las cuales se transportaba la madera a través de canales fluviales.

Se realizaban con troncos de grandes dimensiones, que se entrelazaban con ramas de sarga trenzada. Las navatas podían estar divididas en secciones, desde una hasta siete.

Las navatas llevaban uno o dos timones, que dependiendo del tamaño de la navata se ubicaban en el extremo trasero o en el extremo delantero de la embarcación.

Los encargados de tripular las navatas eran los navateros. Armados de grandes remos, atravesaban los ríos sorteando los obstáculos de la corriente con gran bravura.

Este original sistema de transporte fue cayendo en desuso. A mediados del siglo XX se declaró como una práctica extinguida, debido a los embalses y al crecimientos de los medios de transporte.

Sin embargo, en la década de los 80, la práctica navatera revivió, no como actividad económica sino deportiva. También es una sentida manera de honrar la memoria de los antiguos habitantes pirenaicos dedicados a trasladar las maderas.

Cabe destacar que en 2013, las navatas fueron declaradas Bien de Interés Cultural Inmaterial de Aragón. Otras tierras como Navarra, Cataluña y Castilla-La Mancha, que también desarrollaron la actividad, aspiran que sea incluida en la lista de la Unesco como patrimonio mundial.

Descenso de navatas

Cada último domingo de mayo, Laspuña recrea una importante parte de su historia. En la cita, ya tradicional en el poblado, descienden las navatas por el río Cinca, desde Laspuña hasta Aínsa.

El espectáculo rememora las duras condiciones de los esforzados habitantes pirenaicos, y es una manera de mantener vivo el pasado, recordando puntualmente cómo sus aportes heroicos construyeron gran parte del presente.


Publicaciones Similares