Valle y Santuario de Nuria / Foto: Till-F.-Teenck-[CC-BY-SA-3.0] Wikimedia Commons
Valle y Santuario de Nuria / Foto: Till-F.-Teenck-[CC-BY-SA-3.0] Wikimedia Commons

Excursión a un santuario en plena naturaleza: Vall de Núria

Enclavado en el pirenaico Valle de Nuria, el Santuario de la Virgen de Nuria es un tradicional sitio de peregrinaje y de cobijo espiritual de antigua devoción mariana. Ubicado en el municipio de Queralbs, Ripollés, en la provincia catalana de Girona, el santuario está a dos mil metros de altura y rodeado de grandes cumbres. Para acceder al Valle de Nuria, se puede tomar el tren de cremallera de Nuria, o a través de los caminos de montaña que llevan a este tradicional espacio de fe cristiana.

Origen del Santuario

La tradición cuenta que el santo de origen ateniense San Gil llegó al Valle de Nuria alrededor del año 700 y vivió en éste durante cuatro años, hasta que se vio obligado a huir cuando los árabes invadieron la península ibérica. Antes de su partida, San Gil dejó la imagen tallada de la Virgen, escondida junto a la olla en la que cocinaba, la campana con la que llamaba a los pastores para que fueran a comer y la cruz que presidía sus rezos. Trescientos años más tarde, Amadeo llegó al valle buscando la imagen de la Virgen, según una revelación divina. En 1079 encontró los sagrados objetos y los trasladó a la capilla, que se convirtió en sitio de peregrinaje.

Fertilidad en el Valle de Nuria

Según el folklorista Joan Amades, en el Valle de Nuria permanecía una piedra, conocida también como megalito o menhir, asociada a la fertilidad. La costumbre pagana decía que para obtener fertilidad, las mujeres debían frotar sus cuerpos con la piedra. Lo cierto es que los ritos de fertilidad se asocian al Valle de Nuria desde tiempos inmemoriales y hasta nuestros días ha sobrevivido una curiosa tradición: las mujeres que desean tener hijos, colocan su cabeza bajo la olla de San Gil que permanece en el Santuario y hacen que la campana repique. Cada campanada representa un hijo con el que esperan ser bendecidas por la Virgen. Igualmente, los pastores consideraban a la Virgen de Nuria patrona de la fertilidad, aunque desde 1983 también es la patrona de los esquiadores catalanes.

La Virgen

Más allá de las tradiciones o leyendas, la imagen de la Virgen de Nuria que se conserva en el Santuario es una talla en madera de estilo románico que data del siglo XII o XIII. La Virgen tiene a un Niño sentado en su rodilla izquierda. Ambos visten túnica y el Niño tiene una de sus manos levantadas en señal de bendición. El paso del tiempo, la humedad y el humo de las velas provocó que la Virgen adquiriera un color oscuro, por lo que fue bautizada como la “moreneta del Pirineu”. Su restauración hizo que la talla recuperara un tanto su color original, pero aún la siguen llamando por su apelativo.

Celebraciones en Nuria

Hay tres festividades que destacan en el Santuario de Nuria. La primera es el 29 de junio, fecha en la que anteriormente se abría el Santuario y subían los rebaños de pastores a las montañas. En la actualidad se sigue celebrando esta fecha con una misa solemne. También destaca la celebración del día de San Gil, que se realiza el 1 de septiembre. En la antigüedad, este era el día que culminaba la temporada de pastoreo en la montaña. El nacimiento de la Virgen se celebra el 8 de septiembre, donde una vez terminada la misa, se lleva la imagen de la Virgen hasta la ermita de San Gil. El Santuario de la Virgen de Nuria es un espacio ideal para la meditación y para renovar la fe. También es apto para realizar retiros. Los sacerdotes ofrecen la liturgia acompañada con la música de órgano.


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