Estación Internacional de Canfranc / Foto: Marc Celeiro [CC BY-SA 4.0]
Estación Internacional de Canfranc / Foto: Marc Celeiro [CC BY-SA 4.0]

Estación de Canfranc, el encanto de una vieja estación

La histórica Estación de Canfranc, declarada bien de interés cultural, es una estación de ferrocarril ubicada en Canfranc (Huesca) España, muy cerca de la frontera con Francia. Fue inaugurada en julio de 1928 y declarada monumento en marzo de 2002.


Enclavada entre montañas, a 1195 m. de altitud, la estación se ve imponente, llegó a ser en su época  una de las más grandes de Europa. Cuando estás allí es imposible no imaginar. Y empiezas a preguntarte cómo habrá sido su pasado, qué historias habrán sucedido, qué trenes, quiénes habrán pasado por allí. Permaneció activa como estación internacional casi cincuenta años, desde finales de los años veinte hasta principios de los años setenta. Lugar estratégico durante la segunda guerra mundial, ha visto cómo entraba el oro de los nazis y a cientos de judíos escapar de la persecución. Se han sucedido rodajes de películas, reportajes y distintos planes de recuperación.

“Cuando quede terminada la línea de ferrocarril de Canfranc, los viajeros de París a Madrid ganarán cuatro horas en el recorrido y harán una travesía montañosa, que será uno de los espectáculos más hermosos y deslumbrantes de nuestro viejo continente”

(Le Matin, 1928)

En la actualidad únicamente circula la línea férrea que une Canfranc con Zaragoza. El edificio que alberga la estación se encuentra cerrado, siendo imposible su acceso al interior. En los andenes se pueden ver los vagones abandonados, llenos de magia y la mayoría de grafiti.

Quizá la mejor forma de llegar es en tren, lo puedes coger en Jaca y el trayecto dura una media hora. Te dará una perspectiva única del Valle del Aragón, asomándote a los tejados de pueblos como Castiello de Jaca, Villanúa y el antiguo pueblo de Canfranc, arrasado por un incendio en los años cuarenta. Ten en cuenta que únicamente circulan dos trenes diarios, uno por la mañana y otro por la tarde, por lo que si has llegado en tren una buena opción para regresar es el autobús, existe un servicio regular que cubre la línea Jaca-Astún.


El Canfranero

El Canfranero es un viejo conocido de todos los habitantes del Alto Aragón. El tren que sigue uniendo a diario Canfranc con Jaca, Sabiñánigo, Huesca y Zaragoza; el mismo que hasta 1.970 traspasaba fronteras para dejar y recoger viajeros en Francia y el que continuó haciendo un trayecto diario desde Canfranc hasta Madrid hasta la llegada del AVE.


Una estación de Cine: ‘El rey de Canfranc’ y otros rodajes pirenaicos

El rey de Canfranc cuenta la historia del jefe de la estación de tren de Canfranc que colaboró con la Resistencia francesa frente a los nazis y logró salvar la vida de cientos de judíos.

La película, una coproducción hispanofrancesa dirigida por José Antonio Blanco y Manuel Priede, mezcla antiguas imágenes de la estación, de los años cuarenta, cuando se convirtió en lugar de paso estratégico de todo tipo de mercancías entre España y la Alemania nazi, con entrevistas a algunas de las personas que conocieron a Albert le Lay, el jefe de la aduana francesa de Canfranc, que ejerció de espía al servicio de la Resistencia y permitió que cientos de judíos, disidentes y soldados aliados atravesasen la frontera española huyendo de la persecución de los nazis. Cuando la Gestapo se enteró de sus actividades y estaba a punto de detenerle, en septiembre de 1943, alguien le dio el soplo y logró huir fingiendo un inocente paseo. Él mismo se definía con el título con el que ha pasado a la historia: el rey de Canfranc.

Tras la guerra, Albert le Lay rechazó cualquier premio o condecoración, por lo que su hazaña de héroe anónimo tiene aún hoy muchos detalles desconocidos. De hecho no se sabe a cuántas personas ayudó a cruzar a España, aunque se sabe que fueron varios cientos y el documental incluye testimonios en primera persona.

Pero esta no es la única película sobre el Pirineo en el cines más o menos reciente: Las brujas de Zugarramurdi, la última película de Álex de la Iglesia, con el telón de fondo de las brujas que la Inquisición ordenó quemar en la hoguera.


Cómo visitar la Estación de Canfranc

Debes reservar con anticipación en la oficina de Turismo, ya sea online en la página www.canfranc.es o llamando al Tel. 974 373 141; sólo hay estas dos maneras de reservar.

La visita guiada a la estación está organizada para adultos, jóvenes y niños que si son menores de 5 años entran gratis. Sólo debes llegar con tu entrada impresa al puente de la estación un poco antes de la hora prevista para la entrada (21:00), donde recibirás un gorro y casco antes de ingresar. Como es una actividad nocturna debes asistir con ropa adecuada y prever todo lo necesario.

La visita es de carácter histórico. Podrás visitar los muelles, el depósito de máquinas con su estructura metálica, el paso subterráneo, el vestíbulo histórico en fase de restauración y las diversas grúas que todavía permanecen a los lados de las vías. La visita no es recomendable para personas con movilidad reducida debido a las barreras arquitectónicas que dificultan el tránsito.

Cuál es la historia de la Estación de Canfranc

La construcción de la Estación Ferroviaria Internacional de Canfranc surge ante la necesidad de crear un paso fronterizo a través de los Pirineos para comunicar España con Francia, aprovechando la línea que unía Tardienta con Huesca y Huesca con Jaca. Con ello sólo se hizo necesario unir con el ferrocarril a Jaca con Canfranc y abrir el túnel de Somport (finalizado en 1914).

La construcción inició en 1915 y finalizó en 1925. La estación entró en servicio en julio de 1928 y durante los años 30 funcionó en todo su esplendor hasta 1949, año en que fue cerrada por desacuerdos políticos con el gobierno francés.

Actualmente sólo dispone de servicios de media distancia operados por Renfe hacia Zaragoza y se permite el acceso para visitas guiadas.

¿Cómo es la Estación de Canfranc?

La estación es un edificio de planta alargada y estructura simétrica con 241 metros de longitud. Cuenta con 75 puertas en cada uno de sus lados y su interior es bien iluminado y elegante. Tiene un vestíbulo central cubierto con una gran cúpula de fundición. Los diferentes espacios (billetería, aduanas, bar, hotel, etc.) se pueden distinguir por su estructura y decoración.

El primer piso del edificio se encuentra abierto por los frentes oriental y occidental a los andenes, cubiertos por una marquesina sobre columnas y pilares metálicos.

En el año 2005 se iniciaron obras de rehabilitación con la limpieza del edificio y la restauración de la cubierta, la fachada, las molduras decorativas, el vestíbulo y el refuerzo de la estructura de hormigón. Sin embargo por problemas de financiación las obras terminaron en 2009 y se abandonó el proyecto de convertir la Estación de Canfranc en un hotel de lujo.


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