Vistas de la ciudad de Tarragona / Foto: Pau Sayrol (unsplash)
Vistas de la ciudad de Tarragona / Foto: Pau Sayrol (unsplash)

Tarragona en 24 horas: qué ver y visitar

Descubre a la diosa que protegió a los gladiadores en el Museo Arqueológico Nacional de Tarragona, siente la brisa del mar al asomarte al Balcón del Mediterráneo y disfruta de un paseo por las calles y callejuelas del casco histórico. En Tarragona hay mucho donde elegir.

En sus calles, plazas y edificios, la antigua Tarraco tiene algunos de los restos de la antigua Roma mejor conservados de la península Ibérica. El casco histórico de la antigua capital de Hispania está rodeado por una gran muralla del siglo II a.C., junto a la cual hay un Paseo Arqueológico que te llevará muy atrás en el tiempo en una ciudad hospitalaria y abierta al mar.

El recorrido romano comienza en el propio paseo y en el Museo de Historia de Tarragona, luego por la Rambla Vella hacia la Vía Augusta. Esto conduce a la parte baja de la ciudad donde se encuentra el espectacular anfiteatro romano, desde el que tendrá unas maravillosas vistas de postal del mar y de la ciudad.

En la parte alta de la ciudad se encuentra el Circo de Tarraco. Se han conservado algunas de las bóvedas que sostenían las tribunas y los pilares de numerosos edificios, lo que nos lleva a lugares tan emblemáticos como la Plaza de la Font, llena de terrazas y con un fantástico ambiente tanto de día como de noche.

Esta plaza está dominada por el Ayuntamiento y es un buen punto de observación de los castells en determinados momentos como la Fiesta de Santa Tecla, que tiene lugar en septiembre.

Otra atracción que no hay que perderse en el casco antiguo es la Catedral de Santa Tecla y su enorme rosetón, uno de los iconos de la ciudad. Fue construida durante el siglo XII y es básicamente románica pero terminada en estilo gótico con una majestuosa fachada principal. En el interior hay un sorprendente claustro ajardinado y hay que subir a la torre del campanario desde donde se tienen unas magníficas vistas de la ciudad. Las hermosas callejuelas y callejones alrededor de la catedral conducen a la Plaza del Rey donde se encuentra la espléndida torre romana de El Pretori.

Tarragona es una mezcla perfecta entre el pasado y el presente. La Rambla Nova es una amplia avenida ideal para dar un agradable paseo y hacer un poco de compras. A continuación se llega al Balcón del Mediterráneo, un mirador con una espléndida vista panorámica sobre la playa El Miracle y el anfiteatro.

El Modernismo español tiene una fuerte presencia a lo largo y ancho de la ciudad. El recorrido modernista incluye la torre y la tribuna de la Casa Ripoll, la construcción de hierro del Mercado Central y la capilla del Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón que lleva la marca inconfundible de Antoni Gaudí. Una prueba de que Tarragona no está atada a su glorioso pasado, sino que ha evolucionado hasta convertirse en una ciudad moderna y muy orgullosa de su historia.


Imprescindibles

Tarragona se ha enriquecido con el paso de diferentes culturas a lo largo de su historia. Cada una de dichas etapas marca un interesante recorrido turístico por la ciudad:

Tarragona romana

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La ruta romana de Tarragona muestra los principales monumentos conservados de aquella época, momento de máximo esplendor de la ciudad. En diciembre de 2000, el conjunto arqueológico romano de Tarraco fue declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Murallas: construidas en el siglo III a.C., en sus orígenes tenían una longitud de cuatro kilómetros, que en la actualidad se han reducido a uno. En 1932 se creó a sus pies un paseo arqueológico desde el que se domina buena parte de la ciudad.

Museo Nacional Arqueològic: el museo arqueológico de Tarragona está levantado sobre un lienzo de la muralla y exhibe objetos procedentes de diversas excavaciones. Cuenta con pinturas, esculturas y una excelente colección de mosaicos.

Anfiteatro: construido en la segunda mitad del siglo I d.C., se situa junto al mar, y era el lugar donde se celebraban las luchas de gladiadores. Sobre la arena y la gradería se pueden ver restos de la iglesia de Santa Maria del Miracle.

Circo y Pretorio romano: el circo de Tarragona acogía las carreras de carros, aunque a partir del siglo XVI quedó enterrado por las nuevas construcciones que se fueron levantando sobre él. El Pretorio o castillo de Pilat es la sede hoy del Museu de la Romanitat.

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Fòrum provincial: en el siglo I d.C. el foro provincial se estructuraba en dos plazas a diferentes alturas. La plaza superior, que corresponde al recinto de culto, estaba rodeada por un pórtico. En posición axial se erigía un aula, identificada como la celda de un grandioso templo de culto al emperador. La plaza inferior del foro provincial era un enorme recinto rectangular, rodeado de una compleja estructura de pórticos, cuyo interior estaba probablemente ornamentado con jardines y numerosas estatuas, de las que aún se conservan numerosos pedestales.

Fòrum local: el foro era el centro de la vida ciudadana. En torno a una gran plaza se alzaban los principales edificios de la ciudad (curia, basílica, templos y tiendas). En la actualidad sólo queda la basílica, organizada como un gran edificio de tres naves separadas por columnas.

Necrópolis paleocristiana: está situada a la entrada de la ciudad. La necrópolis recoge las creencias, ceremonias y costumbres relacionadas con la muerte en la época romana. Además de una zona excavada al aire libre, tiene un museo y una zona ajardinada con sarcófagos.

Tarragona romana y alrededores. Además, los alrededores de Tarragona recogen otros enclaves romanos de enorme relevancia arqueológica y cultural.

Acueducto de les Ferreres: popularmente conocido como Pont del Diable, este acueducto fue construido en el siglo I con la finalidad de llevar agua a Tarragona desde el río Francolí. El tramo más espectacular conservado es un puente transitable de unos 217 m. de largo y 26 m. de altura máxima, que salva un barranco.

Villa de Centelles: esta villa romana construida probablemente en el siglo IV está situada en el término municipal de Constantí. Destacan dos salas de planta central, una de las cuales conserva su cubierta de cúpula decorada con magníficos mosaicos y una posible cripta. También se conservan restos de los baños de la villa.

Torre de los Escipiones: monumento sepulcral situado a los pies de la antigua vía Augusta, a 6 km de Tarragona. Está construido con grandes sillares, es de planta cuadrada y data del siglo I d.C. La construcción está formada por tres cuerpos superpuestos. Sobre un zócalo se dispone un primer cuerpo, con dos figuras esculpidas y una inscripción dedicatoria. El bloque superior se conserva parcialmente y el coronamiento ha desaparecido.

Cantera del Mèdol: los romanos extrajeron el material para construir los edificios de diversas canteras de los alrededores de Tarragona, que ofrecían tipos y calidades diversas de piedra. La más espectacular de las conservadas es la del Mèdol, en la que pueden observarse bloques a medio extraer y especialmente la Agulla del Mèdol, un impresionante monolito de 16 m. de altura.

Villa de Els Munts: villa romana situada en el término municipal de Altafulla. Construida en época de Augusto, fue habitada al menos hasta el siglo VII d.C. Tuvo una larga evolución y destaca su extensión y riqueza, que contaba con tres conjuntos termales. Las habitaciones están decoradas con mosaicos y placas de mármol, algunos de los cuales se exponen en el Museu Nacional Arqueològic de Tarragona.

Arco de Bará: está situado a 20 km de Tarraco, cerca del pueblo de Roda de Bará. Se trata de un arco sencillo, construido con sillares, decorado con falsas pilastras acanaladas y coronadas por capiteles corintios.
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Tarragona medieval

Tarragona conserva destacables monumentos de su pasado medieval, que, junto a los restos romanos, configuran el importante patrimonio artístico de la ciudad.

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Catedral: ubicada en la parte más alta de la colina, es el edificio más emblemático de la ciudad y contiene también el conjunto de arte medieval más rico de Tarragona. Su construcción se extiende desde mediados del siglo XII hasta 1331, lo que la convierte en un buen ejemplo de arquitectura de transición del románico al gótico.

Claustro: de planta cuadrangular, sus arcos de medio punto están sostenidos por columnas gemelas, que se agrupan de tres en tres bajo arcos de descarga apuntados. La escultura del Claustro es uno de los conjuntos más remarcables de la plástica románica en Cataluña. Los relieves se concentran en capiteles y cimacios y contienen una gran riqueza iconográfica.

Muralla: la ciudad medieval, enclavada en la Parte Alta, disponía de las murallas romanas, que se repararon y mantuvieron. La única reconstrucción es la del cierre meridional, conocido como “el Muro Viejo”, del siglo XII. Dos siglos más tarde se amplió el recinto amurallado hasta el área del antiguo circo romano con la construcción de la “Muralleta”.

Pla de la Seu: es uno de los espacios donde mejor se conserva el ambiente medieval de la ciudad. Presidido por la Catedral, hay una serie de casonas góticas, entre las que destacan la antigua vicaría y la Casa Balcells.

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Museo Diocesano: instalado en las dependencias anexas al Claustro, destaca la fachada de la antigua sala capitular y el refectorio de la Canónica. El artesonado de la sacristía menor conserva pinturas del siglo XIV. Son especialmente importantes las colecciones de arte religioso de época medieval y moderna procedentes de Tarragona y de su diócesis.
Capillas de San Pablo y Santa Tecla: a parte de la Seo se conservan varios edificios religiosos medievales, como la iglesia de Santa Tecla la Vieja, pequeña construcción de planta rectangular dividida en dos tramos cubiertos con bóveda de crucería. Muy cerca se ubica la capilla de San Pablo, templo de planta rectangular con columnas exteriores adosadas.

Iglesia de San Lorenzo: se trata del único templo plenamente gótico que se conserva en Tarragona. El interior del edificio acoge dos obras medievales procedentes del desaparecido santuario de Santa Magdalena: el retablo de San Lorenzo y un cáliz del gótico tardío.

Tamarit: a la derecha de la desembocadura del río Gaià se levanta un antiguo pueblo, del que se mantiene en buen estado su recinto amurallado y algunos restos del antiguo castillo. Se trata de un conjunto formado por las antiguas prisiones municipales, la iglesia de la Asunción, la vicaría, la casa del Comú, la plaza de la iglesia, etc.
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Tarragona moderna

Más allá de su destacado conjunto romano y medieval, Tarragona tiene una cara moderna que mostrar al visitante.

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L’Eixample: ensanche que une la Part Alta con el barrio del Port, tiene por eje principal la Rambla Nova, gran avenida construida a mediados del siglo XIX sobre la antigua muralla de San Joan. Cuenta con varios edificios de época modernista y algunos monumentos interesantes.

Balcón del Mediterráneo: situado al final de la Rambla Nova, marca el inicio del Passeig de les Palmeres, desde el que se puede disfrutar de una impresionante panorámica del puerto, la playa del Miracle y el anfiteatro romano, con el Mediterráneo de fondo.
Serrallo: este tradicional barrio de pescadores, situado al oeste de la ciudad, está encajonado entre la desembocadura del Francolí y el Moll dels Pescadors. En él se encuentran la lonja de contratación y numerosos restaurantes especializados en pescado.
Museu d’Art Modern: creado por la Diputación de Tarragona en 1976, su finalidad es conservar y mostrar al público el patrimonio artístico de esta institución.

Con más tiempo

Museu Casa Castellarnau: esta casa fue durante siglos residencia de algunas de las familias más influyentes de la ciudad.

Casa Canals: situada en la calle Granada, esta casa noble conserva su estructura original, con una planta principal de estilo neoclásico. En la parte superior cuenta con una terraza desde la que contemplar una panorámica privilegiada de Tarragona.

Museu d’Armes Antigues: este museo recoge una colección privada de armas antiguas originales de los siglos XVII y XIX.

Monumento a los Castellers: localizado en la Rambla Nova, esta obra homenajea a los representantes de una de las tradiciones catalanas más bellas y espectaculares, els castellers. Está formada por más de doscientas figuras.

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Compras

Dento de la ciudad, la vía T dispone de un circuito urbano que enlaza numerosos pequeños comercios. En el Museu Nacional Arqueològic hay una tienda con reproducciones romanas.

Fiestas

Tarraco Viva: segunda quincena de mayo. Jornadas romanas de divulgación cultural

Concurs Internacional de Focs d’Artifici: primera semana de julio

Santa Tecla: 23 de septiembre

Concurso de castells: concurso de torres humanas, que se celebra cada dos años el primer domingo de octubre.

Gastronomía

Su oferta se basa en la cocina marinera, con platos como el rossejat, el arroz cocido con caldo de pescado o la zarzuela. No te pierdas la salsa de romesco, las coques de recapte y los vinos con denominación de origen.


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