Panticosa en invierno / Foto: Pablo Sanchez (unsplash)
Panticosa en invierno / Foto: Pablo Sanchez (unsplash)

Ideas para pasar un fin de semana de invierno en el Pirineo aragonés

El Pirineo aragones es mucho más que nieve, puedes descubrir bucólicos pueblos entre montañas, explorar las calles de históricas ciudades, perderte en verdes valles, frondosos bosques, ríos bravos donde practicar rafting y barranquismo, ibones… y un largo etcétera de maravillas naturales. Ahora, cuando la nieve cubre las montañas y las estaciones de esquí están abiertas, este lugar despliega también un sinfín de actividades que nos harán disfrutar de unos agradables días.

Antes de salir, piensa en cómo hacer tu maleta: No olvides incluir unas botas de montaña, además de una chaqueta o impermeable y ropa de abrigo, guantes, gorro, y equipamiento de esquí, si quieres practicar este deporte. Si tienes raquetas de nieve, llévalas también, si no, podrás alquilarlas allí. Y revisa tu coche antes del viaje, asegúrate de que tus neumáticos están en perfecto estado (no olvides las cadenas tampoco).

Alojarte en Jaca, o en alguna de las encantadoras casas rurales de sus alrededores, es una buena idea, ya que desde allí podrás desplazarte a los lugares más interesantes de la zona.


Día 1: llegar a un ibón en raquetas y visitar la histórica estación de Canfranc

El primer día podéis acercaros hasta un ibón en raquetas, uno de los lagos glaciares del Pirineo ubicados a más de 1.500 metros de altura. El ibón de Piedrafita es de fácil acceso en raquetas en una excursión de algo más de 2 horas y 240 metros de desnivel. El ambiente nevado e invernal es sobrecogedor, te sorprenderá. Hay que dejar el coche en Piedrafita de Jaca, en el aparcamiento del Parque Faunístico de Lacuniacha, y tomar una pista , que en alrededor de 1 hora os llevará hasta el ibón. El Parque Faunístico está abierto también en está época, por lo que visitarlo puede ser un plan alternativo a realizar con niño.

Estación Internacional de Canfranc / Foto: Marc Celeiro [CC BY-SA 4.0]
Estación Internacional de Canfranc / Foto: Marc Celeiro [CC BY-SA 4.0]

A la tardes podéis hacer una parada en la antigua estación internacional de tren de Canfranc», al norte de Jaca, a 24 km por la N-330. El edificio es impresionante, tanto por sus dimensiones como por su arquitectura (hay visitas guiadas al interior del edificio) y su historia ¿Sabías que por allí pasó gran parte del oro nazi?

Otra opción es pasar la tarde de descanso en el Balneario de Panticosa y realizar un circuito de termas que nos dejarán literalmente «flotando».


Día 2: Ordesa y valle de Tena

El segundo día puede ser un buen día para acercarte hasta el Parque Nacional de Ordesa, a 58 km de Jaca. Ahora, podrás acceder en coche (en temporada alta no se puede acceder en coche hasta el parque, y tendrás que dejarlo en el aparcamiento habilitado en Torla, desde donde salen los autobuses a Ordesa). Según las ganas que tengáis de andar, podéis hacer una ruta de alrededor de tres horas hasta la Cola de caballo, una espectacular cascada, o llegar solo hasta las Gradas de Soaso, a mitad de camino. El paisaje es espectacular en cualquier caso. Necesitaréis raquetas de nieve. Esta excursión aún siendo muy popular y accesible a todos los públicos en otras épocas del año, tendremos valorar que, en condiciones de nieve y con tiempo atmosférico cambiante, puede estar solo al alcance de montañeros experimentados, ya que nos encontraremos condiciones invernales.

Pero si tu experiencia desaconseja que te adentres en el cañón de Ordesa, podrás contemplar la majestuosidad del lugar desde la Pradera de Ordesa, y realizar un paseo corto en los alrededores del aparcamiento. En cualquier caso, tendréis que informaros en Torla del estado de la carretera y las previsiones del tiempo. Los pueblos del Valle de Ordesa por otro lado justifican una buena visita, así que no os preocupéis si no podéis acceder a la Pradera de Ordesa.

De vuelta de Ordesa, podéis pasar la tarde recorriendo en coche el valle de Tena. Allí están las estaciones de esquí de Formigal y Panticosa (si eres aficionado al esquí, quizás puedes variar nuestra planificación y sacar un día para disfrutar de este deporte), y algunos pueblos tan bonitos como Sallent de Gállego o Lanuza, donde en verano se celebra el festival Pirineos Sur sobre un escenario que flota sobre un pantano. En otras épocas podrías disfrutar del rafting y el barranquismo (ahora no te lo recomendamos). Tendrás que volver en verano para ir al barranco de Gorgol, una verdadera joya natural en la que disfrutarás como nunca de los saltos y toboganes que forma el río, y podrás hacer un rapel de 16 metros.


Día 3: Jaca y despedida

El tercer día (si has podido gestionarte un día adicional al fin de semana) puede ser menos activo y puedes darte una vuelta a pie por Jaca. Además de recorrer las calles del casco histórico, acércate a conocer la catedral –la primera románica de España, que data del siglo XI- y la ciudadela, una fortaleza pentagonal muy bien conservada que puedes visitar por dentro y rodear por fuera para ver los ciervos que se alojan en el foso.

Si quieres reponer fuerzas, la plaza de la catedral es un buen lugar para sentarte en cualquiera de sus terrazas a tomar algo. En Jaca hay una gran costumbre de tapeo, así que en casi cualquier bar al que vayas te ofrecerán exquisitas especialidades en pequeño tamaño. No dejes de visitar lugares como La tasca de Ana o La Lola. Y también te aconsejamos hacer una parada en cualquier pastelería, ¡descubrirás exquisitos dulces!

Para acabar el día, puedes visitar la terraza del Sansanet, en la calle Bellido, escondida al fondo de un bar de copas, con buena decoración y buen ambiente hasta la madrugada. Y después de esta visita toca volver a coger el coche e iniciar el camino de regreso.


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