Ibon de Plan / Foto: Francisco Lera-[CC-BY-SA-4.0] Wikimedia Commons
Ibon de Plan / Foto: Francisco Lera-[CC-BY-SA-4.0] Wikimedia Commons

Excursión al Ibón de Plan en los Pirineos

En el valle de Gistaín, un hermoso paseo que se puede realizar es la visita al Ibón de Plan. Con un recorrido que dura unas tres horas, los visitantes podrán disfrutar la mágica belleza que ofrece este especial lugar de los Pirineos.

Los ibones son lagos de alta montaña, de origen glaciar. Los Pirineos cuentan con unos cuantos, pero el Ibón de Plan es uno de los más destacados. Se encuentra ubicado a 1.910 metros de altura. Sus aguas reflejan los picos que lo rodean como el pico Llosa, Punta Alta o pico Las Coronas.

El Ibón de Plan debe su nombre al pueblo de Plan, pero también se le conoce como la Basa de la Mora, por la leyenda sobre la mora que los lugareños dicen que habita en el lugar.

Índice

La mora del ibón

La leyenda cuenta que en el Ibón de Plan habita el espíritu de una joven mora, una musulmana que se perdió en la zona mientras huía de las luchas entre los moros y los cristianos. Su espíritu permanece vagando entre los bosques de pino negro y las aguas del ibón.

Según los lugareños, una persona de alma pura que en la noche de San Juan lave su cara en las aguas del Ibón de Plan, podrá ver a la hermosa mora bailando una mágica danza sobre las aguas del lago.

Cuenta la leyenda que el espectacular ibón de Plan, también llamado Basa de la Mora o ibón de la Mora, acoge año tras año, al amanecer de cada 24 de junio, una sorprendente visión: la de una joven musulmana que danza sensual sobre las aguas del lago. Ahora que se aproxima la noche de San Juan, son muchos los que preparan su visita al ibón, confiando en que los primeros rayos del día traigan consigo la posibilidad de ver a la joven mora surgiendo del agua.

La leyenda dice que el espíritu de la joven permanece en las aguas del ibón desde que se perdió en las cumbres pirenaicas mientras huía de las luchas entre moros y cristianos, y que solo se muestra a las personas de alma pura.

Con leyenda o sin ella, el ibón es un lugar mágico. Si la simple visión de los picos, las nieves perpetuas y el bosque de pino negro que rodean el lago ya impresiona, su reflejo en el agua multiplica esa sensación de asombro, paz y magia a 1.910 metros de altura.

¿Cómo llegar?

Desde el pueblo de Plan, hay que tomar el desvío a la derecha en la carretera Ainsa-Bielsa. Justo al inicio del pueblo. Se atraviesa el río Cinqueta y se estaciona en el aparcamiento junto a las piscinas.

Una vez allí, se toma la senda que va aguas abajo del río. Pasados unos 800 metros, a la izquierda se llegará a un sendero señalizado de subida pronunciada. Al principio del sendero, la vegetación es cerrada. Mientras se sigue ascendiendo, la vegetación se va abriendo.

La ruta atraviesa el agua dos veces y sigue por un camino pedregoso. Finalmente se llegará a una pradera y habrá que seguir las señales que indican el camino al Ibón de Plan, a unos cientos de metros. Dependiendo de la hora, se podrá observar a la fauna del lugar bebiendo en las tranquilas aguas.

Esta ruta es empinada, y es recomendada sólo para montañeros en buena forma física.

Plan familiar

Una buena opción para llegar al Ibón si se va con niños o con personas que no están acostumbradas a realizar rutas de montaña, es continuar en el auto desde Saravillo hasta las inmediaciones del ibón.

El recorrido, que será de unos 14 kilómetros, se encuentra en buenas condiciones y se tardará unos 45 minutos en recorrerlo. El coche podrá dejarse al final del recorrido, en el refugio de Lavasar. Sin embargo, es recomendable preguntar a las autoridades sobre su estado, ya que dependiendo de la época del año podrá tener cierta cantidad de nieve.

Una vez en el refugio, que podrá reconocerse fácilmente por ser el único edificio del trayecto, tomar el camino al ibón, que arranca justo detrás de él.

El trayecto hasta llegar al Ibón de Plan será de unos 20 minutos. Empieza con un tramo de ligera bajada, hasta que se convierte en un llano. Será un paseo para disfrutar, discurriendo entre suaves praderas hasta llegar al lago.

Excursión al ibón de Plan

La excursión que hoy te proponemos para llegar al ibón es un recorrido de 13,5 kilómetros y cuatro horas de duración. Partimos de una altura de 1.407 metros y llegaremos a alcanzar los 1.923 m.

La ruta comienza en la piscina del pueblo de Plan. Desde allí tomamos una pista, que discurre paralela a la margen izquierda del río, en dirección al embalse de Plan d’Escún. Una vez que hayamos recorrido un par de kilómetros encontramos a la izquierda el inicio del sendero que conduce al ibón.

El sendero va ascendiendo a través del bosque que puebla las laderas de la peña del Mediodía por su cara norte. El camino, en continua pendiente, se cruza en dos ocasiones con el curso del barranco del ibón.

Una vez que salimos del bosque, el camino conecta con el sendero GR 15, que procede de Saravillo y el refugio de Lavasar, y continúa en dirección a Armeña y Barbaruens (verás carteles indicadores de madera). Nosotros continuamos la senda por las marcas del GR 15. En este tramo vamos llaneando por verdes prados, muy cerca ya del mágico y legendario ibón de Plan.

Finalmente aparece ante nuestros ojos, cobijado en un pequeño valle glaciar circundado por un buen número de puntas y peñas que superan los 2.600 metros de altura: punta Alta, pico Llosa o pico Las Coronas.

El paisaje te dejará sin habla. Pero antes de regresar por el mismo camino por el que has venido, un consejo: rodea todo el ibón, te sorprenderán las distintas perspectivas que ofrece.

Y si no consigues ver a la joven mora interpretando su danza, si tu alma no es suficientemente pura, siempre puedes purificarla con un relajante baño en las aguas del ibón.


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