Correr y viajar / Foto: Sporlab (unsplash)
Correr y viajar / Foto: Sporlab (unsplash)

Consejos para hacer ‘running’ en invierno

“Pero, ¿dónde vas con el frío que hace?” Esta es una frase que todos los aficionados al running hemos escuchado en boca de nuestros padres, pareja o compañeros de piso cuando nos han visto prepararnos para salir a entrenar un día de invierno. Entre diciembre y marzo, todos los que adoramos salir a correr nos convertimos en unos auténticos incomprendidos.

Hay muchos runners que no están habituados a correr cuando llega el frío. No obstante, entrenar bien durante los meses de invierno es indispensable para afrontar con garantías las competiciones que disputaremos en primavera y verano. Como suelen comentar los atletas profesionales, se trata de un periodo fenomenal para ganar fondo.

Para que puedas ponerte en forma cuanto antes, y de paso combatir los habituales excesos de las fiestas navideñas, queremos darte algunos sencillos consejos divididos en tres grandes bloques para que el invierno no sea nunca más un excusa para no salir a entrenar. ¡Abrígate y presta atención!

Adapta tu rutina de entrenamiento

Si todavía no tienes uno, crea, escoge, pide consejo o plagia de Internet un plan de entrenamiento que se adapte a tu nivel, objetivos y posibilidades. Como norma general, los planes de entrenamiento no entienden de temperaturas ni estaciones. Aplica el sentido común y haz otro tipo de ejercicio si un día la climatología no te permite salir a correr. Aún así, el invierno no debe ser un impedimento para que lleves a cabo las sesiones que tienes asignadas. ¡Hay que tener fuerza de voluntad!

Calienta durante más tiempo y a una mayor intensidad

Sin tener en cuenta el equipamiento, la variable más importante que debes tener en cuenta si entrenas con bajas temperaturas es el calentamiento. Calienta más de diez minutos y a una intensidad mayor de lo habitual. Es importante asegurarte que los músculos y las articulaciones han tomado la temperatura necesaria para evitar sufrir absurdas lesiones.

Una idea interesante puede ser iniciar el ejercicio en casa, antes de exponerte a las bajas temperaturas. Por ejemplo, puedes subir y bajar escaleras a baja intensidad.

Evita detenerte si entrenas por intervalos

Para no enfriarte con demasiada rapidez y aumentar el riesgo de contraer un resfriado, sopesa cambiar la forma en como ‘descansas’ cuando llevas a cabo un entrenamiento con series. En vez de detenerte puedes hacer una suave carrera continua. Del mismo modo, en vez de hacer las tradicionales series, puedes aprovechar para iniciarte en el Fartlek, un entrenamiento intenso y muy entretenido.

¿Qué hacer con los estiramientos?

Somos partidarios de introducir una pequeña rutina de estiramientos justo antes de empezar a ejercitarnos. No obstante, ya hemos comentado que esta es una rutina un tanto controvertido. Sin duda, estirar en la calle no es una buena idea si se quiere mantener una temperatura alta antes del ejercicio serio. Por tanto, si eres partidario de estirar antes de entrenar, hazlo en un sitio resguardado del frío y el viento.

En nuestro próximo post con consejos invernales, te daremos recomendaciones sobre equipamiento para hacer running en esta época del año.

Adáptate a tu entorno

En invierno encontrarás días en los que las condiciones no te permitirán llevar a cabo el entrenamiento que tenías previsto por culpa del mal tiempo. De poco servirá tener un gran equipamiento o haber calentado bien para no pasar frío. Para minimizar estos contratiempos, te recomendamos:

Sal a correr en el mejor horario. No por ser una obviedad deja de ser un consejo útil y efectivo: si tus obligaciones laborales te lo permiten, procura salir a correr en una hora en la que las condiciones climatológicas sean favorables. Para evitar temperaturas extremas, el mediodía es una buena hora para ejercitarse. No obstante, presta atención a otras variables como el viento o el estado del piso para decidir qué hora es mejor para hacer running en invierno. Cada ciudad o pueblo es diferente. Así pues, te aconsejamos que pruebes durante una semana tres o cuatro franjas horarias y escojas la más agradable para correr con conocimiento de causa.

Evita las zonas más expuestas al viento. En el punto anterior subrayamos que en invierno nos incomoda solamente por sus bajas temperaturas. El viento es un elemento climatológico tan incómoda, o incluso más, que el propio frío. Por ello, en invierno es mejor entrenar en zonas protegidas. Si vives en una población costera, no te arriesgues a entrenar por el paseo marítimo si sabes que soplará el viento. Aprovecha las circunstancias para descubrir nuevas rutas o zonas en la que hacer series. ¿Por qué no buscar una zona con subidas y bajadas para hacer un entrenamiento de más intensidad?

Deja el cronómetro y el reloj GPS de lado. El mal clima afecta al rendimiento de cualquier atleta: aunque te protejas, siempre habrá una cierta brisa que te impida avanzar. O encontrarás caminos de tierra húmedos (y por tanto más pesados) por culpa de algún chaparrón. Si las circunstancias no son óptimas, no esperas entrenar en tus mejores tiempos. Es por ello que es mejor dejar un poco de lado el cronómetro para no deprimirnos y centrarse en entrenar por sensaciones.

Y finalmente… ¡No te empecines en salir si no es posible! Un día sucederá: hará tan mal tiempo que incluso tu, fanático del running, te darás cuenta que es mejor no arriesgarse a coger un catarro. ¡Y no se acabará el mundo! En días de mucho frío, nieve o viento, intenta hacer ejercicio a puerta cerrada (natación o un deporte de equipo). Y si no es posible… ¡Quédate en casa pero haciendo vida sana!


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